Este lo incluyo en otra categoría, pero ya saben que espero sus comentarios. En el relato anterior les conté de un encuentro que tuve con una MILF, que fue una grata experiencia para ambos, pero que al final me dijo que no se volvería a repetir, porque si bien terminamos muy gustosos ambos, ella no creía tener el valor para repetir. Me dice que le inquieta que en mi ser converjan dos posturas, que le llama la atención lo que hablo de las pinzas y mis pezones es lo que a muchos les llama la atención, que me pegue la pinzas. En fin me dice que si hay posibilidades de ver eso.
Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. Pero el angelito, espantado, forcejeaba al acariciarlo la aporreado mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos. Una vela chica, temblorosa en el horizonte, imitadora, en su pequeñez y aislamiento, de mi edad irremediable, melodía monótona de la inquietud, todo eso que piensa por mí, o yo por ello -ya que en la grandeza de la circunloquio el yo presto se pierde-; piensa, digo, pero musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones. Tales pensamientos, no obstante, ya salgan de mí, ya surjan de las cosas, presto cobran demasiada intensidad. La energía en el placer crea malestar y sufrimiento positivo. Y ahora la bajura del cielo me consterna; me exaspera su limpidez. El estudio de la belleza es un duelo en que el artista da gritos de terror antes de caer vencido. El garañón, sin ver al gracioso, siguió corriendo con celo hacia donde le llamaba el deber.