Empezare por contar que era un hombre normal ,ni mas feo ni mas guapo ,pelo rubio largo por encima de los hombros sujetado en una cola de caballo,ojos verdes ,pestañas largas ,naris pequeña y labios carnosos ,mi cuerpo era bastante atletico ,piernas gruesas con nalgas redondeadas por practicar deportes y nada de barriga a mis 30 años. Sin ninguna atracción por la ropa femenina ,mas que verla puesta en el cuerpo de una chica, Pero todo cambio cuando un año atras conosi a la que hoy es mi Ama. Sin perder tiempo le dije ,eres mas guapa de lo que había imaginado. Te conozco de algo? No pero me gustaría que haci fuera ,te imbito una copa ,a lo que respondió. Bacardi cola ,el bar esta por allí. Eres hetero o bisexual? Pero nunca has probado?. No entendía porque tendría que probar ,pero bueno mi intención era ligar con ella y no contradecirla.
De todos modos ya había informado a su tía que iba a acudir aquella tarde a esa zona para someter a un nuevo sumiso, tomaba siempre aquella precaución por si alguien de sus sumisos se revelaba o la pasaba alguna cosa. Agustín, que así era como se llamaba su esclavo, le recibió en su habitáculo totalmente desnudo. Aquel era el bienmandado de mayor edad al que iba a someter, 52 años, pero para su edad tenía un cuerpo congruo bien formado, piel clara, pelo bilioso corto y con algunas calvas, época corpulento pero no gordo y desde el momento en que había valido a su Ama llevaba una gigantesco erección. Después de aquello la joven Dominante ordenó a su esclavo asentado que la sirviese un refrigerio, apostolado para la que el hombre tan solo tardó unos segundos en los que se presentó con una batea con una vaso de tubo con hielos y una lata de Coca-Cola. El hombre llevó a Mireya sobre su lomo hasta dejarla a los pies de una cama de boda con un cabecero de hierro del que colgaban un par de cepo de cuero, a parte el bienmandado sacó de debajo de la yacija una caja con una gran diversidad de artículos ideales para la dominación. Mireya, al ver aquel arsenal de juguetes sado comenzó a rebuscar en la caja para saber con lo que contaba, mientras que ordenaba a Agustín que se tumbase en la cama boca arriba. Tan pronto como lo hizo el Ama se acercó a él para amarrarle los brazos al cabecero atarle las piernas a las patas de la cama por medio de unas cuerdas gruesas que su sumiso había puesto a su disposición.
La realidad es. Mejor adeudar dos hombres, y no estas bajada si te engaña o no. Yo lo hago. Y me va de admiración el 1ero es mi cónyuge y el 2do. No me doy.