Escritora, profesora y divulgadora. Hay gente que tiene mucho éxito a la hora de ligar y, curiosamente, no siempre son personas que cumplen con las normas de la belleza de nuestra cultura patriarcal. En los medios nos bombardean con la idea de que siendo feas nadie va a enamorarse de nosotras. Siempre juegan con nuestro miedo al rechazo y a quedarnos solas.
Amor Cómo hacer reír a una madama La risa de una mujer Alce todo no te obsesiones. Habla, no tengas prisa en decir chorradas para provocar la risa Recuerda que el alcohol no necesariamente ayuda. Aboga a su actitud compasiva levemente Si te machaca, hazte la víctima, intenta gestar el espíritu compasivo de la máximo parte de las mujeres. Lo básico es lograr una primera leve sonrisa. Las defensas hay que desarmarlas algo a poco.
Generación Gimeno de Flaquer Al ocuparnos de la coqueta debemos hacer una especificación del coquetismo y la coquetería. La coquetería es instintiva, natural; el coquetismo estudiado, artificial. Frecuentemente vemos trocar la palabra coquetería y coquetismo hasta anatomía confundidas cual si fuesen voces sinónimas, a pesar de que expresan una y otro cosas muy divergentes. El deseo de agradar encerrado en sus justos límites, no debe censurarse como se censura de ordinario: el ambición de agradar nos hace ocultar defectos, adquirir cualidades, reprimir nuestros fuertes ímpetus, sofocar nuestras pasiones y presentarnos con elegante distinción, respetando las fórmulas exigidas por la urbanidad y las conveniencias sociales. El deseo de agradar es inherente a la niña, la joven y la anciana.