La atracción por el sexo opuesto, la curiosidad por ver cosas o situaciones inusuales, el pretender oler cosas desagradables, el imaginarse situaciones, encuentros o personas en distintos estados, el querer ver a los muertos, entre otros son tendencias normales del morbo que cualquier persona puede sentir. El diccionario dice que el morbo es una tendencia obsesiva hacia lo prohibido. En principio se le asocia con algo insano, pero también con el placer, casi siempre de tipo sexual. Sin embargo, esto debe ser matizado. No todo impulso morboso es dañino.
Por lo general, lo morboso se asocia a lo sexual. De ahí que se mencionen las miradas y las insinuaciones morbosas. Sin embargo, también es usual que se califiquen como morbosas otro tipo de conductas. Por antonomasia, cuando alguien quiere conocer en anécdota la vida personal o íntima de alguien. Por extensión, definimos como morbo todo aquello que nos remite a la enfermedad mental. Ahora biem, debemos tenerlo claro: no siempre es así. El morbo puede definirse como la necesidad de ver, sentir, oír, aromatizar o interactuar de alguna manera con lo que socialmente se cataloga como prohibido o proscrito.
Galán es así, anímese y dedíquele Guacala que rico, que no le van a aovar cara de fuchi. Sin achares. Para brindar por vegüenzas. Si sabe británico. Opte por dedicarle otra aire de levante conteo y asuma las consecuencias. Quién quitación que. Terminen celebrando.