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Guapas

Aquí estoy Señor. Cartas y escritos de Ita Ford

Sitio para solteros 268243

Irguió los hombros y abrió la puerta con un coraje que no sentía. Valentina enrojeció recordando lo que le había sucedido cuando vio al Carnicero Bothwick, el gigantón peludo que blandía esos instrumentos: se había desmayado. Pasaron años hasta que comprendió que Bothwick era el cirujano del castillo, el que restañaba las heridas de los Kennedy, perforaba diviesos o arrancaba dientes cariados. Era precisamente un dolor de muelas lo que la llevaba ese día hasta allí. Tina hizo una inspiración profunda para serenarse; la promesa del hombre alivió un tanto el miedo que la dominaba. Alzó un hombro y se adelantó, valiente. El cirujano pareció cernirse sobre ella, tan cerca que podía oler su aliento a whisky. Los bíceps descubiertos de sus peludos antebrazos mostraban su fuerza sin tapujos; la muchacha supo que él podría dominarla sin dificultades si intentara resistirse.

Reconocimientos de la compiladora H ay muchas personas a quiénes agradecer por su ayuda y apoyo en el desarrollo de este proyecto de juntar las cartas y los escritos de la hermana Ita Ford, MM. La abstracción de esta colección fue inspirada por la visita de su hermano, Bill Ford, al Colegio nivel universidad de Marymount Manhattan y una ponencia que él dio a nuestros alumnos acerca de su hermana y su asesinato, en El Salvador en , adosado con otras tres mujeres norteamericanas de la Iglesia. Su hermano Bill confirmó que había muchas, pero su aforo era muy fuerte para leerse. Estoy agradecida a Bill y su comunidad por su apoyo. Me propuse dar a conocer estas cartas porque tengo la certeza de que muchas personas pueden ser beneficiadas con la oportunidad de escuchar la voz de Ita. Entre el y el recibí una beca junior de la Universidad como apoyo para este proyecto. En singular quisiera agradecer al presidente de mi división de Humanidades, el doctor David Linton, por animar y patrocinar levante proyecto, junto con el decano Dawn Weber, la doctora Eileen Tynan, la doctora Maureen Grant, y el enseñante John Costello.

Cada informe. Nos trae un nuevo espuela, nos encanta, nos obsesiona, y nos lleva paso a paso al encuentro último. Sí, amistades. Esto es lo que queremos, nosotros nos escondemos tras una frente preparada de antemano para no dar datos reales ya sí creíbles, empero, por otro lado, dudamos de quién pueda anatomía en edad.

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