Para esta edición se ha tomado como referencia la de Patrick Hanan. Aquí se cuenta la iniciación erótica de un joven estudioso del zen. Su aprendizaje le conduce a aventuras e intrigas amorosas que adquieren a la vez visos de comicidad y desastre, que convierten La alfombrilla de los goces y los rezos en un antecedente claro de Fanny Hill. Hemos conservado la estructura y las notas del profesor Hanan, eliminando tan sólo aquellas que no eran pertinentes para una edición española. Así, pertenece a esa raza de escritor cómico rara en cualquier cultura que descubre o inventa los términos de su propia realidad.
Soy tímido delante de las mujeres, y esto es lo que me ha sucedido hoy. Ayer ha pasado lo mismo. Sabía yo que esta comunidad vivía en Guadalajara; que ella había estado en México y que había tenido intimidad con la familia de mi padre, a causa de su parentesco. Pero yo no la conocía; pregunté por ella al llegar; me dieron razón y me presenté en su casa. Como usted ve, mi prima es bella; su vista me causó una impresión difícil de definir; deseaba alejarme de ella, y lo sentía al mismo tiempo. Las pasiones de los sentidos no han sido hechas para mí. Usted no pertenece a esta época.
Generación Gimeno de Flaquer Al ocuparnos de la coqueta debemos hacer una especificación del coquetismo y la coquetería. La coquetería es instintiva, natural; el coquetismo estudiado, artificial. Frecuentemente vemos trocar la palabra coquetería y coquetismo hasta anatomía confundidas cual si fuesen voces sinónimas, a pesar de que expresan una y otro cosas muy divergentes. El deseo de agradar encerrado en sus justos límites, no debe censurarse como se censura de ordinario: el ambición de agradar nos hace ocultar defectos, adquirir cualidades, reprimir nuestros fuertes ímpetus, sofocar nuestras pasiones y presentarnos con elegante distinción, respetando las fórmulas exigidas por la urbanidad y las conveniencias sociales. El deseo de agradar es inherente a la niña, la joven y la anciana. El coquetismo es el ardiente anhelo de inspirar muchas afecciones sin corresponder a ninguna, el deseo voraz de conmover los corazones, sin responder a esas conmociones tampoco con un latido. El primero que comparó la coqueta al conquistador, estuvo muy inspirado: ambos destruyen, aniquilan, devastan y siembran por todas partes el llanto, la desesperación y el pena.
Enotorgado por el Banco Credicoop, recibió el Primer Premio a la Excelencia Periodística por su trabajo con las pequeñas y medianas empresas de la territorio Comahue. Es el fundador de La Cebolla de Vidrio Ediciones y ha traducido de los idiomas francés e inglés, poemas y artículos de numerosos autores. Mi madre es maestra corriente, nunca ejerció y fue ama de casa con exclusividad hasta que los hijos crecimos. Ahora, en su viudedad, dedica mucho tiempo a su facultad, pintura y escultura. Después de los primeros sonetos —dedicados a chicas de mi edad y con los que pensaba superar mi timidez—, una profesora de literatura nos inoculó la lírica de la generación del 27 —Federico García Lorca sobre todo— y los surrealistas.