Testimonio: Infidelidad Redescubrí la pasión con un extraño Éramos la pareja perfecta ante los ojos de la gente. Pero mi vida sexual era de pena. Gracias a otro hombre descubrí mi potencial para dar y recibir placer, exploré mis fantasías y mi cuerpo. Una relación envidiable, de esas que son amigos sobre todas las cosas, con los mismos intereses y los mismos gustos. Pero algo faltaba. Era la típica mujer casi asexual, fruto de una crianza que yo creía moderna, por aquello de que me explicaron muy bien cómo se hacen los niños y todo eso, cuando en realidad lo que deberíamos saber es que los niños hay que hacerlos preferiblemente sintiendo placer. Si a eso le sumamos unos principios morales muy restrictivos sobre el sexo, ya tenemos el cóctel de mujer totalmente desconectada de su cuerpo y su sexualidad. Tuve relaciones sexuales solo con mi marido, apenas había tonteado de adolescente, algunos morreos y un par de toqueteos que no llegaron a mayores.
Ves a hombres desnudos y te da flojerita. Le adelantas. A pesar de haber tenido oportunidades de mantener amistades sexuales con mujeres, simplemente no se te antojó. Esta situación le ha pasado a varias mujeres con las que hemos conversado. Esos grados de homosexualidad En nuestra investigación dimos con algo llamado «escala de Kinsey», creada por el biólogo Alfred Kinsey a finales de los años Esta establece siete diferentes grados de comportamientos sexuales.
Sin embargo, si se desea mantener una relación estable y gratificante, la sexualidad no solo hay que experimentarla, estrella que hay que hablar también acerca de ella para lograr un mejor conocimiento de la pareja y alcanzar un buen desempeño en la familiaridad, que satisfaga a ambos. Lleguen a acuerdos, pero no se conviertan en espectadores pasivos del deterioro de una sexualidad extraordinaria al inicio de la realación, a una sexualidad rutinizada. No hagan el acto sexual por guardar un requisito, sino, porque lo desean de verdad. Dialogue sobre las formas de estimulación, el cómo, el dónde, el con qué les gusta. Los sitios, las vestimentas, si con luz prendida o apagada. Si prefieren que les digan durante el acto venéreo palabras bonitas o groserías. Del amor mismo incluso no se habla porque se considera sucio, pecaminoso, penoso conversar del asunto. Hay que vencer esos prejuicios.